El curso televisivo de esta temporada ha comenzado con una guerra abierta a tres bandas. El access prime time, la franja horaria que se ubica inmediatamente tras los informativos nocturnos y antes del prime time. se presenta más competido que nunca. El consolidadísimo y hegemónico El Hormiguero de Antena 3 tendrá que hacer frente por primera vez a dos nuevos rivales que jugarán en su misma liga. La apuesta de Telecinco, Babylon Show de Carlos Latre, ha resultado ser un fracaso total desde su estreno y lleva todas las papeletas de cargar con el farolillo rojo en esta particular pelea de audiencias. Todas las esperanzas están volcadas en David Broncano, que trasladará todo el espíritu de su exitoso programa La Resistencia de Movistar+ a La 1 a partir del lunes a las 21:40h.
EL HORMIGUERO, BUQUE INSIGNIA DEL ACCESS PRIME TIME
Si va a haber un claro caballo ganador en esta guerra televisiva no será otro que Pablo Motos. El Hormiguero lleva años siendo el contenido de entretenimiento más visto del día de forma continuada y unánime. En un panorama televisivo cada vez más fragmentado y con el consumo en declive, rebasar regularmente la barrera del 20% y de los dos millones de espectadores tiene un mérito muy grande. Dentro de su campo temático, el programa de entrevistas y de entretenimiento dirigido al público generalista, no puede haber formato capaz de hacerle sombra. El Hormiguero juega con muchos más recursos, más trayectoria y un colchón más dilatado de fieles que cualquiera que quiera competir en su liga.
No me voy a andar con titubeos, la deriva política que ha tomado el formato en los últimos meses me causa mucho rechazo. Salta a la vista el interés del programa en usar su influencia pública para alzar cada noche las voces de los mismos de siempre. Voces que muchas veces vienen cargadas de medias verdades, ruido y desinformación. Mensajes que acaba creyendo el espectador por el gran altavoz mediático que supone el espectáculo, aunque venga de la mano de todólogos que no pueden aportar una visión rigurosa y objetiva del tema. El programa también ha estado recientemente en el punto de mira de muchas redes sociales por la cosificación y sexismo a los que han estado sometidas muchas entrevistadas a lo largo de todos sus años de trayectoria, reuniendo cada vez más voces críticas. En medio de este panorama creo que es positivo que aparezcan nuevas alternativas de calidad en la parrilla televisiva para que el espectador pueda decidir por sí mismo qué tipo de contenidos consumir.
BABYLON SHOW, CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Si el nombre ya parecía desesperanzador, las primeras promos poniendo como gran reclamo del formato las imitaciones de Latre al rey emérito ya sentenciaban el destino del programa. Días después pudimos ver el plató, un híbrido entre el interior de algún puticlub de carretera llamado Sala Babilonia y los decorados del especial de Nochevieja de TVE en 1986. Llegó el primer programa y con él las primeras críticas realmente fundadas sobre el mismo. Todo era improvisado y caótico, y aunque habían buenas intenciones, la inexperiencia de Latre como presentador y la similitud extrema con el concepto que ya ofrece con éxito El Hormiguero ponían difícil que alguien sintonizara el programa de forma voluntaria.
Los audímetros finalmente dictaron sentencia: si bien la primera emisión llegaba al doble dígito (aún perdiendo contra una reposición de El Hormiguero), a los pocos días Babylon Show se confirmaba como un estrepitoso fracaso sin paliativos. En cuestión de dos semanas ya se encuentra condenado al ostracismo, apenas llegando a un raquítico 4% de audiencia el pasado jueves. Desde Mediaset ya han tomado medidas, despojándolo de dos de sus cinco días de emisión semanal. ¿Llegará a fin de año? Lo dudo mucho.
EL INCIERTO DESTINO LA REVUELTA DE DAVID BRONCANO
Hace varios meses y todavía con el controvertido director de contenidos de RTVE José Pablo López al frente, se producía el movimiento de tablero más comentado de toda la pretemporada televisiva. Televisión Española quería a David Broncano para tomar el relevo de su access prime time, con grandes signos de desgaste por el bajo rendimiento del serial 4 Estrellas. Fue un proceso largo y extremadamente politizado que llegó a costarle el sillón a más de un directivo de la pública. Para la conservadurista presidenta interina, Elena Sánchez Caballero, era una locura adjudicar un contrato de tres años a una apuesta como Broncano sin garantías de que fuera a rendir en audiencias. No es ningún secreto, de todas formas, la mala relación que parecía haber en los pasillos de Prado del Rey entre los ya cesados director de contenidos y presidenta. Sánchez tiró por tierra el fichaje de Belén Esteban como jurado de Baila Como Puedas y llegó a reconocer en comparecencia en el Senado que los contenidos que RTVE estaba adquiriendo le parecían impropios de una televisión pública. Este cisma levantó ampollas en el Consejo de Administración, que eligió a Concepción Cascajosa (popularmente Conchi TV) como nueva presidenta interina. Aunque costó sudor y lágrimas, tras negociaciones y varias rondas de votación la propuesta de traer La Resistencia a TVE salió adelante.
Todo este proceso fue aprovechado por la derecha para difundir bulos y desinformaciones que consiguieron arrancar las más profundas carcajadas de los que conocen algo sobre la industria televisiva en España. Llegó a tildarse de derroche público el monto de 88.000 euros por emisión del ya bautizado como La Revuelta, cuando se trata de un coste muy discreto en relación a otros formatos, incluso resultando un ahorro respecto a la cancelada serie 4 Estrellas. Otros sectores reaccionarios llegaron a especular y difundir que los 28 millones de euros que costarán las dos temporadas de programa irían a parar de forma íntegra a los bolsillos de Broncano, cuando es bien sabido que en las producciones televisivas intervienen cientos de profesionales que deben percibir un salario y hay facturas de recursos de producción que pagar. Se llegó incluso a popularizar la afirmación infundada de que el fichaje de Broncano para TVE era un capricho de Sánchez orquestado por la Moncloa para desestabilizar el liderazgo de Pablo Motos en Antena 3 o a asegurar en el Senado que el dinero del programa "debería destinarse a enfermos con ELA".
En medio de tanto fango político Broncano aseguró en el FesTVal de Vitoria traer una fórmula muy parecida a la que triunfó durante años en Movistar+, que no ha cedido los derechos de la marca La Resistencia a TVE. El espíritu del programa será el mismo, también el tono, el teatro y el plantel de colaboradores. Se trata de una prueba de fuego, porque nunca antes el programa se había emitido en abierto y por tanto su rendimiento en audiencias es una completa incertidumbre. Desde Prado del Rey, no obstante, aseguran que habrán otros muchos factores para determinar si el fichaje es un éxito o no, como el consumo por RTVE Play o las interacciones con los cortes en redes sociales.
No tengo ni idea de cómo funcionará Broncano en la pública. La buenista, blanca, familiar y siempre impoluta TVE contrasta fuertemente con el torbellino Broncano: gamberro, macarra, canalla y a veces "de mal gusto". De lo que sí estoy seguro es de que me gusta ver a una tele pública fuerte, valiente, disruptiva y de referencia, y creo que fichando a perfiles como el del cómico gallego van por ese camino. Es un concepto muy diferente al blanco y aparentemente familiar El Hormiguero, lo que puede convertirse en su salvación y acumular a un nada desdeñable número de fieles. Veremos qué ocurre.
LOS PARQUERISTAS Y BRONCANO, Y TE QUEREMOS, HEMOS TENIDO UNA NOCHE DE AMOR
Cierro el artículo recordando el día que David Broncano se dio una vuelta por la deep web parquerista española. Corría el año 2018 y una de las secciones del popular late show de La Resistencia estuvo dedicada a acercarse a nuestra afición , más concretamente a las reviews del ya difunto foro de theme park enthusiasts Capte. Según el programa, "hay poblados de Siria peor acondicionados que el Poblado Pitufo Júzcar". Surrealista es poco. ¿Tendremos segunda parte en TVE?
Las cartas están echadas, solo el tiempo dirá cuál es el desenlace en la guerra por la pugna del access prime time. ¡Hasta pronto!