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PortAventura introducirá gafas VR en El Diablo - Tren De La Mina: ¿Acierto o error?

 


Estamos indudablemente atravesando una época donde todo lo antiguo vuelve. Ya se ha comprobado con la vuelta de El Grand Prix Del Verano, de iCarly o del Festival De Benidorm. La nostalgia vende. O puede que simplemente sea la falta de ideas, como es más probable en el caso de la última novedad anunciada por el parque temático español de referencia PortAventura. Este 30 aniversario de la andadura del parque catalán revivirá los recuerdos de sus primeros años de vida a través de movimientos como la recuperación de los menús originales del 95 o la venta de merchandasing con el logo del sol. Lo que no muchos preveían es que probablemente también volvería algo que realmente nunca llegó a despegar del papel y que ha permanecido en la conversación de los fans del parque durante estos años: la montaña que tendría que haber rodeado Silver River Flume y El Diablo - Tren De La Mina.


Artwork de la famosa montaña (Fuente: PACommunity)


Esta infame montaña tendría que haberse construido entre el flume ride y la mine coaster a modo de tematización según los artworks. Los recorridos de las dos atracciones habrían atravesado estancias y pasadizos de la construcción para hacerlas temáticamente más ricas y a imagen y semejanza de rides como Splash Mountain o Big Thunder Mountain. Estuvo tan cerca de construirse que de hecho en algunos mapas iniciales del parque estaba representada. Por más fortuna que desgracia, los fondos previstos para este cometido se reinvirtieron en construir la que fue el gamechanger del parque en el momento de su apertura: Dragon Khan. En una época diferente a la que conocemos, la coaster de B&M se hizo con las miradas de todo el mundo poniendo al parque en mapa. Sus 8 inversiones la hicieron ostentar durante 7 años el record de la montaña rusa con más loopings del mundo. Es hablar por hablar, pero muchos (yo me incluyo) tenemos la certeza de que el crecimiento del parque en los años posteriores no hubiera sido el mismo sin la presencia de este buque insignia. La coaster inicialmente planteada era una multilooper de Arrow Dynamics similar a The Loch Ness Monster de Busch Gardens Williambsburg que sin ninguna duda no habría supuesto el revulsivo para el parque que finalmente supuso el producto de B&M. Sea como sea, el resultado fue el de un flume ride y una mine coasters carentes de la magia que rodeaba a muchas otras rides del parque. Sus estructuras peladas de theming en medio de un extenso bosque son la prueba de que algo se torció en el proceso de conceptualización.


Artwork del Dragon Khan inicialmente planteado, con un aspecto diferente al actual (Fuente: PACommunity)


Ahora la montaña tiene muchas papeletas de finalmente aterrizar en PortAventura, aunque no de la forma en la que muchos se lo habrían imaginado. Estos rumores se han desatado después de conocer de la llegada de una experiencia virtual para El Diablo - Tren De La Mina mediante las famosas y vistas hasta la saciedad gafas VR. Y os estaréis preguntando... ¿estamos de vuelta en 2016? ¿No llega el parque temático de Tarragona un poco tarde a subirse al carro de este tipo de experiencias? Lo cierto, es que bastante. Incluso el infame TieRra Quítica introdujo gafas VR en la temporada de 2017 para su "major", la SLC de Vekoma "Titánide". La jugada no salió bien y desaparecieron con relativa celeridad. Esta tecnología consiste en una carcasa con lentes que se asegura a la altura de los ojos, eliminando el campo de visión real del usuario y sumergiéndolo en una proyección virtual. La película escogida suele estar sincronizada con el layout de la coaster en cuestión para optimizar la experiencia. Hay opiniones muy variadas sobre las coasters VR, pero el hecho de que cada vez sean más parques los que están eliminando este feature de sus montañas rusas apunta a que puede que no sea tan buena idea. No he tenido la oportunidad de probar esta tecnología, pero apuesto a que una película nunca podrá compararse con la sensación de libertad que proporciona riddear una coaster con sus vistas reales. Muchos se quejan además del mareo e incomodidad que puede llegar a sentirse. Dicho esto, repasemos las oportunidades y debilidades que he detectado en esta incorporación para El Diablo.


LAS DEBILIDADES Y AMENAZAS DE ESTA NOVEDAD


Lo cierto es que PortAventura llega muy tarde a subirse a la cresta de las VR. Muy tarde, demasiado. Es difícil vender como atractica una incorporación que llega años tarde y a remolque de otros muchos parques temáticos españoles donde nunca terminó de cuajar. Terra Mítica con Titánide, Parque Warner con Batman o incluso el vecino Tibidabo con Tibidabo Express. Dentro del contexto de un parque cuya filosofía de marca es ofrecer experiencias inéditas a sus visitantes, el sentido de esta incorporación se me antoja un tanto residual. No ayuda tampoco el hecho de que las gafas VR en las las montañas rusas quedaron estigmatizadas tras el accidente de TNT Tren De La Mina en el Parque De Atracciones De Madrid. Muchos todavía se acuerdan de ese fatídico episodio en el que dos trenes de la coaster colisionaban antes de la estación con los visitantes todavía provistos de sus gafas de realidad virtual. No hubieron fallecidos pero sí heridos. Aunque las gafas VR no tuvieron relación directa con el incidente, se vieron involucradas en uno de los accidentes más graves que se recuerdan recientemente en un parque español. La colisión nos dio, eso sí, a uno de los personajes más surrealistas y delulus de la historia contemporánea de los parqueristas españoles. El canutazo de la mítica Araceli a las puertas del PAM nos dejaba frases míticas para la cultura pop parquerista como "Para mí es nefasto y para mí este parque tiene una cruz" o "Escuchaba explosiones desde el primer vagón. Estaba pellizcado y al intentar seguir hizo PLOF PLOF PLOF".




Tampoco termino de entender la verdadera razón de poner el foco en experimentar con uno de los productos más exitosos y queridos entre el público familiar del parque. Aunque cuestionada por fans, El Diablo es la unión perfecta entre sensaciones moderadas y una ride de gran envergadura concebida para transicionar entre kiddies y una oferta más adulta. Es un punto de unión perfecto para que todos los targets de un mismo grupo de visitantes puedan verse representados en una atracción al gusto de todos. Este mine train de Arrow Dynamics cuenta con un hilo argumental definido dentro de un microuniverso temático del que son partícipes las colas, la estación y en menor medida, el layout. El parque deberá tener cuidado en introducir esta novedad de una forma hilada y coherente con el landscaping que ya proveé de base la atracción y su entorno. Volviendo al hilo de lo anterior, ¿de verdad no habían áreas de actuación del parque más urgentes y necesitadas en las que introducir una novedad menor? La oferta de flats es anacrónica y lineal; Polynesia está muerta y hay atracciones que necesitan una puesta a punto urgente.... pero ponemos gafas VR a una atracción que sigue funcionando porque patata. El movimiento se siente una medida desesperada de estirar el chicle del éxito de Hysteria En Boothill, que utiliza una tecnología similar. Pero claro, hay que saber cómo, cuándo y dónde procede.


Tampoco termino de entender la viabilidad de producir una película sincronizada con una atracción en la que aproximadamente el 70% de su layout consiste en subir interminables lifthills en posición estática. Los 3 lifts de El Diablo deberán sincronizarse con las acciones que sucedan en el mundo virtual, lo cual reducirá drásticamente las oportunidades de acción en gran parte de la experiencia.

También tengo ciertos reparos en cómo afectarán las gafas VR en las operaciones de la atracción. ¿Entorpecerán los ya de por sí nefastos tiempos de carga y descarga de la atracción? El Diablo ya cuenta de base con el handicap de los asientos de sus trenes, que dependiendo de la fila son aptos para niños o no. Este simple hecho ya ralentiza mucho la organización de la cola y del embarque. Si ahora sumamos también la coyuntura de tener que colocar gafas VR a los visitantes y retirarlas a la llegada de cada tren a la estación, los augurios no son nada alentadores. También me suscita dudas cómo se gestionará la cola dependiendo de si los visitantes desean disfrutar la ride en modo VR o no. ¿Habrán colas diferenciadas? ¿Se intercalarán trenes con VR con otros para los pasajeros que quieran la versión normal de la coaster? ¿Será obligatorio llevar gafas de realidad virtual sin opción a negarse a riddear la coaster sin VR? Son bastantes preguntas que de ser respondidas de forma errónea podrían desembocar en un caos organizativo. Hay que recordar que El Diablo - Tren De La Mina es una coaster especialmente querida por familias con niños y que cumple un papel a modo de experiencia social. No creo que interese mucho a un padre que se sube con su hijo tener que llevar unas gafas que le aíslen durante el recorrido sin oportunidad de compartirlo en familia.

LOS PUNTOS FUERTE Y OPORTUNIDADES DE LAS GAFAS VR EN EL DIABLO

No todo es negativo, también hay brotes verdes entre las sombras de esta novedad. Me gustaría destacar que el parque debe continuar explorando esta línea de pequeñas novedades que lo mantienen fresco y actualizado cada temporada. Esas novedades que no salen en los spots publicitarios ni son únicas en Europa, pero que ayudan a construir un proyecto a largo plazo en el parque y que son necesarias para refrescar la experiencia a los visitantes más asiduos. Pequeñas flats, mejoras en atracciones, nuevas historias para las dark rides, overlays temáticos y estacionales para algunas atracciones... Hay mucho camino por recorrer en este sentido por un parque que echa el resto en desarrollar grandes y pretenciosas novedades periódicamente pero que descuida refrescar el resto de su oferta. Esta actualización para El Diablo al menos demuestra preocupación por seguir manteniendo atractivo el catálogo más clásico del parque.


También considero que experimentar El Diablo en VR puede ser una oportunidad para maquillar y disimular el vagamente colocado theming que presenta en su recorrido. Cuando se eliminó la montaña proyectada en los primeros artworks del parque, ésta y Silver River Flume se convirtieron en atracciones a las que claramente les faltaba algo. Aunque funcionan excelemente por sí mismas, su landscaping es claramente muy soso y desmerece el trabajo original de tematización de otros muchos rincones del parque. Una vez en los vehículos de El Diablo no hay una gran historia que contar ni ningún elemento que nos recuerde la naturaleza temática de la atracción. Bien explotada, la película que nos ofrezca el parque puede suplir esta debilidad y ofrecer una historia temática coherente y estimulante. Ojalá los tiros de la nueva experiencia vayan realmente por incluir la histórica montaña nunca construida de la atracción. Sería todo un guiño temático especialmente pensado para los entusiastas históricos para el 30 aniversario. Por fin después de décadas esta atracción inaugural del parque pregonaría su delicioso relato temático de una forma más obvia y alejada de circuito más freak. ¿Qué nos depararán esas salvajes vagonetas mineras conducidas por el mismísimo Diablo? 

Finalmente, tengo la confianza de que esta no va a ser una experiencia VR del montón. Si PortAventura ha decidido embarcarse en este proyecto es porque tienen una película con unos estándares mínimos de calidad que despuntará respecto a otras coasters VR fallidas lastradas por un bajo presupuesto. Ojalá la línea de buen gusto y calidad audiovisual iniciada con Hysteria En Boothill se vea reflejada aquí con un producto con una dirección artística adecuada.






Tocará esperar para ver cómo se materializa este proyecto y qué alegrías traerá para un parque que está atravesando una etapa convulsa y de incertidumbre. ¿Qué nos deparará el futuro?