Debería estar inmerso en la redacción de mi incipiente Trabajo de Fin de Grado, pero aquí sigo intentando curar mi depresión post viaje tras volver de Disneyland París hace ya cosa de casi dos semanas. Tras el primer articulazo de esta review de tres partes sigo redactando reflexiones, consejos y compartiendo material fotográfico con vosotros esperando que la resaca emocional se haga algo más llevadera. Por si las casi 7.000 palabras de la primera parte (supera con creces la extensión mínima del tedioso TFG que tanto se me atraganta), vuelvo para contaros todos los detalles de nuestra estancia del segundo día en tierras parisinas. El objetivo de este primer sábado de febrero cargado de attendance era claro, conquistar las principales atracciones del todavía conocido como Walt Disney Studios. ¿Lo conseguimos? Vamos allá.
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DÍA 02 - 1 DE FEBRERO
Me desperté espontáneamente sin necesidad de esperar a que sonase el despertador. Había dormido como un tronco. La noche anterior me acosté con ciertas reservas con miedo de que las pocas horas de sueño acumuladas y el atracón en el Downtown originasen males mayores, pero me desperté más fresco que una rosa. Con cierta pachorra nos preparamos, vestimos y partimos para el desayuno al Beaver Creek Tavern a eso de las 8 y cuarto. De camino vimos que ya estaba en marcha el encuentro matinal que organizan en el edificio principal del hotel con personajes Disney para los más peques. Supongo que es en parte debido a que los desayunos de los hoteles con categorías superiores se distancian en calidad respecto a los de las categorías más value, pero noté un incremento cualitativo muy sustancial respecto a mi primera visita a Disney. Por aquel entonces el desayuno, tal y como diría mi querida Rosa Venenito, era todo tristeza e invierno total. Entre tristes tostadas de pan bimbo con confituras, alubias guisadas y algo de bollería, solo sobresalían una especie de rosquillas tipo donut que me salvaron las mañanas durante mis tres días de estancia.
La historia en el Sequoia Lodge era bien distinta. Había proteína que echarse a la boca y un montón de opciones calientes súper variadas e interesantes. No había color, más allá de los deliciosos croissanes y napolitanas (aunque producidas a escala industrial) habían platos tan interesantes como gofres recién hechos con la silueta de Mickey Mouse, tortitas que llovían sin parar de la cinta de una máquina automática o bandejones de salmón ahumado de primera. Aunque no veníamos precisamente a eso, también habían opciones healthy más interesantes como panes integrales o una máquina expendedora de yogur natural. En lo que sí noté cierto choque cultural es en la particular selección de frutas que tenían en el buffet. Yo tan acostumbrado a cogerme la típica manzana o el típico plátano para reducir excesos me pareció cuanto menos a choice que todo lo que se pudiera coger fueran unos gajos de naranja, piña o lo que es peor, pomelo.
EXTRA MAGIC HOURS (PERO NO MUCHO)
Enfilamos hacia el parque madre del resort tras atravesar el pequeño arco de seguridad improvisado para los clientes de los hoteles. Este pequeño control era mandamiento para penetrar en el perímetro del Village y los propios parques, pero su exhaustividad y contundencia era claramente menor que al que se tenían que someter el resto de visitantes que vinieran de fuera del resort. Tras hacer nuestro peculiar Amazing Race matutino esquivando vayas, andamios y tomando rutas alternativas del Village, ya estábamos frente al hotel Disneyland. Aunque nuestro plan inicial era poder exprimir las Extra Magic Hours desde el minuto 1, con nuestra parsimonia matutina española y el tranquilo desayuno nos habían dado las 9 pasadas. Para los que no conzocáis este invento de las EMH, se trata de una hora de apertura de parque reservado exclusivamente para los clientes más madrugadores de los hoteles Disney. Se considera de hecho una de las principales ventajas para decidir alojarse dentro del resort. Obivamente, no siempre están abiertos los dos parques durante esta franja horaria (en nuestro caso sí fue así). Las atracciones incluidas en esta hora de apertura son también reducidas, aunque en nuestro caso queríamos dejarnos hecha Peter Pan´s Flight, que es todo un imposible durante el resto de la jornada y suele tener tiempos de espera razonables aquí.
Pasaban los minutos y la cola apenas avanzaba. Con todo, hasta las 9 y veinte y a menos de diez minutos de que abriera el parque al resto del público no pudimos cruzar los tornos. Sin ser experto visitante de Disney y tal y como están las cosas, os puedo asegurar que para la próxima vez probablemente continuaría mi delicioso sueño plácido durante alguna hora más antes que madrugar para las magic hours. O igual haría de tripas corazón y madrugaría para estar allí como un clavo desde antes de su inicio. En caso contrario, creo que no vale mucho la pena. También os digo que puede sonar tentador tener el parque solo para los visitantes de los hoteles, pero si la variedad de atracciones es tan reducida, esos visitantes se redistribuyen en las mismas y las esperas son parecidas. Son teorías de cosecha propia y no contrastadas, pero con os horarios tan generosos que tienen los parques Disney y la de cosas que hay para hacer en los hoteles y el Village tras la hora de cierre, prefiero trasnochar un poco y no ponerme muy pronto el despertador. El cuerpo lo agradece y estás más lúcido el resto del día.
Una vez atravesado el torno nos fuimos corriendo a Peter Pan´s Flight esperando que todavía estuviese más o menos riddeable. No estaba mal, la cola marcaba unos 45 minutos que se pasaron volando gracias a la frescura matutina que llevábamos. Esta dark ride es todo un must y un clásico de cualquier parque Disney que se precie. A bordo de un vehículo suspendido en el aire con forma de barco recorremos todas las escenas del clásico cuento de Peter Pan. Empezamos sobrevolando los tejados de Londres para viajar hasta el País de Nunca Jamás y hacerle frente el Capitán Garfio. El hecho de estar en un vehículo invertido (no vemos los raíles) y el excelente uso del storytelling hacen que esta dark ride sobresalga notablemente respecto al resto del área. Esto sumado a su poca capacidad, solo 4 pasajeros por vehículo, hacen que sea una de las atracciones que acumula mayores esperas de todo el resort. Además, aunque no deja de ser una atracción pensada especialmente para los niños, las sensaciones del vuelo son más emocionantes de lo que cabría esperar, incluyendo incluso algún pseudodrop.
Siempre que monto en esta atracción me fascina el excelente uso de las escalas y perspectivas. En un espacio que estoy seguro es mucho menos alto y grande que lo que nuestro cerebro supone conseguimos crear un microcosmos cognitivo único. Probablemente no sean más que 3 grandes salas negras con unas piezas de atrezzo estratégicamente colocadas, pero el diseño y la narración de los actos hace que nuestro cerebro lo perciba como mágico y real. Mención especial a la primera escena, mucho más orgánica que el resto del recorrido, en la que somos lanzados sobre Londres a través de una ventana. Aplausos a Disney por mantener encendidos los efectos de humo saliendo de las chimeneas de la estación de embarque.
Cuando salimos intentamos hacer It´s A Small World!, que reabría tras una semana en refurbishment. Aunque no le tengo especial cariño a esta hipnótica boat ride una visita a Disney no sería visita si no la testeábamos al menos una vez. Lamentablemente tuvimos que pasar de largo, 60 minutos era demasiado para una engullepersonas como es esta atracción. El resto de kiddies de Fantasyland también estaban en tiempo de espera inmanejables, así que decidimos que valía más la pena seguir sumando majors que gastar valioso tiempo en atracciones menores. Pusimos rumbo a Discoveryland con los ojos puestos en Buzz Lightyear Astro Blasters y Autopia.
A nuestra llegada Buzz Lightyear marcaba 35 minutos. Nos metimos sin dudarlo aunque la cola salía por fuera del recorrido exterior de colas. Unos minutos después nos metimos en la app y había subido a 60. En esta atracción en particular presenciamos por primera vez una estrategia que más tarde comprobaríamos de cerca en otras rides, especialmente en los Studios. Como el parque ha introducido un nuevo Fast Pass de pago llamado Premier Access, han tenido que replantear las operaciones de las colas en algunas atracciones. Para adaptarlas logísticamente han tenido que bifurcar las colas exteriores en dos (cola regular y cola express) antes de las secciones interiores y tematizadas, demasiado estrechas para mantener los dos carriles. Buzz Lightyear es uno de estos casos y a la vista está que cuando pasamos el torniquete para entrar en la cola interior apenas transcurrieron unos minutos para embarcar en la propia atracción. Esta parte estaba vacía.
Pasando la cola interior, tematizada decentemente de suelo a metro y medio de altura y tematizada como un Decathlon de techo para arriba, llegamos a la estación. Se trata de una dark ride de tipo endless chain, donde embarcamos a las góndolas con las mismas en marcha a través de una cinta transportadora. La atracción en sí se trata de un shooting ride inspirado en el famoso personaje robot de la saga Toy Story. Hay otros clones y versiones repartidas por todo el mundo, entre la que destaca la de California. Hay una versión mejorada que es Toy Story Midway Mania (Orlando, California y Tokio), con un tono menos intergaláctico y más ferial, basado en minijuegos interactivos. Montados en nuestros vehículos abordaremos en un excitante y mareante viaje galáctico para derrotar al monstruo Zurg y a sus aliados. Por eso tiene sentido que con nuestras pistolas láser tengamos que apuntar a unos targets con forma de la letra Z.
Es una atracción de verdad muy muy divertida y larga. Es adictiva ya que vas sumando puntos y puedes picarte con el compañero de al lado para ver quien tiene mejor puntería. El highlight para mí es que con una palanca central puedes girar el vehículo en la dirección que desees. La estética una vez más y siguiendo la línea de las dark rides del parque huye de los orgánico en dirección a la abstracción y lo cartoon. Colores vivos, luz negra y muchas figuras planas construyen unos sets muy fantasiosos y psicodélicos. Destacar que las pistolas funcionan muy bien y todos los mecanismos de los animatronics funcionan a la perfección. Hay una parte que me encanta que simula un viaje entre galaxias gracias a un efecto de las paredes y del techo que me gusta mucho. No será una ride que juegue con tecnologías puntas pero dentro de su concepto y premisa creo que no se le puede poner ninguna gran pega. Para los curiosos, le metí una brutal paliza a Thiago, aunque luego se cobró su venganza. Tuvimos "suerte" ya que en nuestro ciclo hubieron como mínimo unas 4 paradas técnicas en las que pudimos aprovechar para sumar puntos. Además, así la hora de espera no valió la pena con más razón si cabe.
Antiguamente en este espacio había un Circle Visión llamado Le Visionarium. Se trataba de una proyección ambientada en una máquina del tiempo que también se podía disfrutar por entonces en otros 2 parques Disney del mundo. Aunque en su momento las críticas eran muy buenos y muchos la echan de menos, creo rotundamente que les cambiaron el Casio por el Rolex con la actualización a Buzz Lightyear. Sí que es cierto que en sus primeros años de vida la zona de Discoveryland tenía una esencia y entidad retrofuturista única y mucho más coherente que en la actualidad, pero este cambio en concreto no me molesta tanto. A modo de curiosidad, en los primeros metro de recorrido de la dark ride encontraréis un pequeño easter egg sobre Le Visionarium que seguro los más nostálgicos apreciarán.
No quisimos gastar más tiempo en el área de Discoveryland. Nos hubiera gustado hacer el Mickey´s Phirlamagic y en menor medida Autopia, pero hacer la primera implicaba demasiado tiempo y la segunda directamente era atenerse a una gran cola para una ride que realmente no merecía tanto la pena. La reflexión que me suscitó esta área es la gran cantidad de oportunidades perdidas que tiene. Concebida como una oda a clásicos de Julio Verne y la optimista visión victoriana del futuro en el siglo XIX, bebe de una estética completamente steampunk y retrofuturista. Una pena que muchas de las atracciones que se concibieron en el diseño original de Discoveryland no fueran todo lo competitivas que deberían y para suplirlo los recambios se hayan vendido a una visión distorsionada y basada en IPs. Nunca es demasiado tarde y estoy seguro que podrían hacerse muchas cosas para devolver el esplendor a esta zona del parque. Muchos hablan sobre la vuelta de la versión original de Space Mountain: De La Terre a La Lune. La historia de la atracción, que se pudo disfrutar durante sus diez primeros años, tenía una calidad y coherencia argumental única y envidiable. De hecho, a fecha de su inauguración en 1995 era considerada para muchos la mejor montaña rusa creada nunca por Disney. Puede que por nostalgia o porque los tiempos pasados siempre parecieron mejores, pero lo que es cierto es que aportaría mucho más que la insulsa versión de Star Wars de la actualidad.
Thiago se fue a hacer un poco de tiendeo antes de dar el salto a los Studios y yo de mientras me di una vuelta por el laberinto de Alicia en el País de las Maravillas. Con tanta afluencia en el parque se agradecen estos walkthroughs en los que poder dar una vuelta sin apenas hacer más que un par de minutos de cola. Se me estaban poniendo los dientes largos de haber pasado de largo por La Tanière Du Dragon y la magistral Adventure Isle el día anterior, así que quería redimirme con uno de mis recorridos favoritos de mi última visita.
El laberinto está dividido en dos partes diferenciadas. Una vez sales de la primera tienes la opción de seguir hasta el castillo de La Reina De Corazones o de salir antes de tiempo. Al principio es muy divertido pero hacia el final de la segunda parte se hace algo cansino y un paseo en fila india entre cipreses. Al final de esta parte llegas al torreón y puedes subir hasta la azotea para tener vistas decentes del resto de Fantasyland. Si os fijáis bien, rodeando la torre hay un tobogán deslizante, pero dejó de operar hace bastantes años por una cuestión de seguridad. Una pena.
En general es un rincón que me gusta mucho y me parece una delicia visual. Sobretodo la primera parte es más variada y más divertida, con caminos más anchos, efectos de agua, más bifurcaciones y trampas y atajos que se pueden tomar con unas puertas por las que no podréis pasar si no os agacháis. Como curiosidad esta atracción era completamente exclusiva de Disneyland París (de las pocas que pueden presumir de eso) pero con la apertura de Shanghai Disneyland dejó de serlo en 2016. El parque chino tiene una experiencia muy parecida en concepto aunque con una estética basada en la versión moderna del film de Tim Burton.
Entramos a los Studios con miedo de encontrarnos a un parque completamente desordenado y desfigurado. Nuestros peores temores se quedaron cortos con la situación actual del parque, que siempre ha sido considerado como el farolillo rojo de absolutamente todos los recintos Disney del mundo. Inaugurado en 2002, la idea original del parque era adaptar a la europea el concepto de los Hollywood Studios de Walt Disney World en Florida. La visión del parque era la de llevar a los visitantes en todo el proceso detrás de la creación de las películas y series de la factoría. Se recorrerían los backstages, los estudios de cine y se viviría en primera persona la magia de los efectos especiales y los trucos de la gran pantalla. Una idea que sonaba interesante sobre el papel (y un necesario homenaje a los profesionales del sector audiovisual, siempre tan invisibilizados), pero que en la realidad fue un auténtico fiasco.
Con una premisa nicho tan acotada resultaba muy difícil establecer una división clara y diferenciada entre diferentes áreas temáticas. En la práctica estas zonas eran prácticamente indiferenciables entre sí, con un modelo parecido al que encontramos en el Parque De Atracciones De Madrid. Naves industriales, bloques de hormigón y poco más conformaba la arquitectura del parque temático menos temático creado nunca por Disney. El Front Lot era un estudio cubierto que simulaba una calle del Hollywood de Los Ángeles, con distintos bares y restaurantes. Al volver a salir al abrasante sol los visitantes descubrirían tres áreas prácticamente clónicas entre sí (España, España, España, España y Murcia), con justificaciones difereniales más forzadas que las descripciones de las puestas en escena españolas de Eurovisión en la etapa de Toñi Prieto. En Production Courtyard seríamos partícipes del proceso de producción de películas y series. En el Backlot descubriríamos más de lo mismo los secretos del backstage de las películas y lo que ocurre tras bambalinas. Finalmente, Animation Courtyard escondería los secretos del mundo de la animación.
Aunque con las numerosas novedades e incorporaciones diseñadas para maquillar el despropósito del parque mejorara un poco, Walt Disney Studios ha sido siempre un parque increíblemente malo y con una oferta raquítica. A grosso modo su lineup de atracciones a fecha de su inauguración estaba compuesta solo por la coaster de Aerosmith, el Studio Tram, el ya difunto y criticadísimo Armageddon, Cinemagique, la flat de Aladdin y unos cuantos shows y walkthroughs. Más tarde vinieron incorporaciones más o menos acertadas como Tower of Terror, Crush´s Coaster, la flat infantil de Cars, la mini land de Toy Story o la dark ride de Ratatouille. Dark ride por cierto que Epcot se encargó de importar hace unos años. Como observaréis, todas estas novedades introducidas como medida urgente para levantar el parque se alejan de su premisa e historia originales, acercándose más a un parque Disney de corte más clásico. En conclusión, desde hace años los Studios adolecían de una coherencia clara y lastraba grandes carencias de diseño y estética.
Aunque desde hace bastante más tiempo es oficial que Disney invertiría mucho dinero para adecentar el parque con una nueva estructura, fue a finales del año pasado cuando se anunció su nuevo concepto. Con la apertura de la nueva mini land de Frozen el próximo año, el parque pasará a llamarse Adventure World. No habiendo nombre más genérico que escoger el parque promete llevar a los visitantes dentro de las películas en lugar de detrás de sus bambalinas. Es decir, el mismo concepto mil veces visto y sin alma propia que caracteriza al parque Disney tradicional. Aún así, será con total probabilidad una experiencia mucho más efectiva y atractiva que lo que es hoy en día y han sido los Studios.
La gran reconfiguración del parque vendrá de la mano de una gran ampliación que duplicará su tamaño. Un gran lago central de nueva creación será el eje vertebral alrededor del cual se dispondrán las áreas temáticas. Este lago, por cierto, contará a partir de 2026 con un show nocturno de cierre que se rumorea será la versión francesa de Fantasmic! . Unos jardines victorianos con algún restaurante y una muy mal seleccionada flat ride de Enredados completarán el empaque al estanque central. Los platos fuertes serán las nuevas mini lands de Frozen y El Rey León. La más inminente será la de Frozen, que aunque estaba prevista para abrir este año, abrirá el año que viene. Viendo lo verdes que están las obras y el lodozal que es actualmente el tercio norte del parque con año próximo supongo desde aquí que se referirá al 31 de diciembre de 2026. La recreación a pequeña escala de Arendelle será una versión del Temu de la que acaba de abrir en Hong Kong Disneyland. No contará con la montaña rusa familiar que sí tiene el parque asiático y la boat ride apunta a ser la versión low cost que encontramos en Epcot.
Con fecha aún desconocida también se anunció a finales de año una nueva mini land (y dale con las mini lands!) de El Rey León. Si siempre se ha criticado la poca oferta de water rides del resort parisino, ahora la compañía del ratón dice, ¿queréis mojaros, pues tomad dos tazas?. Y es que no es para menos, ya que la atracción principal, o más bien atracción a secas porque no habrán más, es una adaptación del clásico Splash Mountain. En esta nueva versión seguiremos a Simba en su viaje hasta coronarse como El Rey León. Aunque la atracción será un completo calco del layout del tradicional flume ride de Disney esperemos que se consiga distanciar temáticamente del descafeinado y edulcorado Tiana´s Bayou Adventure. Ojalá haya trama, creatividad y frescura y el parque parisino pueda presumir de una nueva atracción original de altura. La verdad, ganas hay y faltas hacen.
Esto dejaría hueco en el futuro para más expansiones y nuevas áreas temáticas. Siempre se ha comentado sobre una land de Star Wars pero esta idea acabaría desechándose hace unos años. Los rumores que más fuerza han cogido ahora con lands de Avatar o de Zootopia. El futuro nos lo dirá.
Así con todo nos adentramos en la plaza de entrada al parque con el majestuoso (o no tanto) Studio 1 a nuestros pies. Como sabréis, la que ha sido de toda la vida la main street cubierta del parque está en obras para convertirse en el World Premiere y adaptarse mejor a la nueva temática del parque. La idea es que esta zona de bienvenida se tematice como un estreno de cine al que los visitantes se adentrarán para comenzar a vivir la magia desde dentro de la pantalla. Se supone que esta zona reabrirá de forma inminente, esta primavera. Mientras tanto, toca coger una para nada sutil bifuración que deja ver todas las entrañas del backstage del parque. Toda esta zona sumado a la parte trasera del Studio 1 está revestida de paneles y andamios y la imagen es un tanto dantesca. Teníamos hora a las 14:00h para comer en el PYM Kitchen así que nos pusimos manos a la obra en exprimir las atracciones.
La afluencia era bastante alta y poco había que rascar con la app en mano. Pensamos en Toy Soldiers Parachute Drop ya que al tener single rider podríamos quitárnosla de encima de una forma relativamente barata. Dicho y hecho, aunque los 15 minutos que prometía la single se convirtieron en casi 40. Aún así, la tediosa carga y descarga de la atracción nos hubieran llevado a hacer más por la cola normal. La atracción es un modelo un tanto curioso de caída controlada apta para toda la familia pero con un theming curioso y con el aliciente de tener buenas vistas a las obras de la expansión del parque. El ciclo, eso sí, es cortísimo. Aunque si con éste las colas de la atracción son las que son, con uno más largo la situación ya sería insostenible. Aunque no tenga mucho que aportar es una ride curiosa que supone un reto para los más peques dentro de lo edulcorado que es el catálogo de sensaciones de Disney.
De allí nos fuimos a hacer Together, el musical de Pixar que se hace en el teatro del antiguo y magistral Cinemagique. Por horas íbamos un poco justos para llegar a tiempo a la reserva en el PYM´s Kitchet, pero preferimos arriesgar contando con los 15 minutos de cortesía que conceden. El show lo pondría aproximadamente en el mismo peldaño que el de Lion King que vimos el día anterior en Frontierland. Precisamente de lo que adolecía este último destacaba el de Pixar, y viceversa. Si precisamente eché en falta algo más de riesgo e innovación en la producción del show del Rey León, Together se encargó de solucionarlo con un concepto muy original y abstracto lleno de sorpresas y de exclamar: "¿Cómo lo han hecho?". Sin embargo, noté que faltaban muchas cosas por pulir y que la producción no se veía tan redonda y rodada como hubiera cabido esperar. Durante la función viajamos por un recorrido a través de grandes clásicos de Pixar como Up!, Coco, Buscando a Nemo o Monstruos SA. Las pantallas y la interacción con las mismas juegan un papel clave. Mientras que en El Rey León la voz en directo, las acrobacias y la iluminación eran en plato fuerte de la historia, aquí todo recae más en la puesta en escena que generan todos los recursos multimedia. Es muy entretenido de ver y sin duda repetiría, aunque ya os comento que hay descosidos en la producción y más específicamente, en el vestuario, que lo alejan de ser redondo.
Salimos de allí bien de hora para ir al yo tengo un PYM, PYM PYM, y cuando subo la cadera que se pone así PYM´s Kitchen, antiguamente conocido como Café Des Stars. El restaurante forma parte del nuevo Avengers Campus que viene a rebrandear con bastante acierto la desangelada parte izquierda de los Studios. No estoy puesto para nada en los superhéroes ni en las cosas de Marvel, así que para evitar parecer Paula Vázquez en la primera semifinal del Benidorm Fest me ahorro opinar mucho sobre este sector. Aunque todo emana un tufillo a Citywalk de Universal Studios en el que te compras un menú del Panda Express al salir de Islands Of Adventure, es una clara mejoría respecto a lo que había antes. Se respiraba un ambiente vibrante, con mucha arquitectura neón y sirviendo uno de los landscaping más coherentes y ricos que ha tenido nunca el parque. Mucho vidrio, neón, pantallas y colores metalizados forman un rincón moderno y atractivo que aúna la oferta a nivel de atracciones y restaurantes probablemente más completa de todas las zonas del parque.
El PYM´s Kitchen supone un upgrade en calidad y precios respecto al antiguo buffet que yo mismo pude probar en 2017. Se supone que entramos en un laboratorio secreto donde se experimenta con comida, que muta a diferentes tamaños. Sinceramente de esto me enteré de casualidad a través de la web de Disney, porque en vivo no tenían expuesto (o no vi) las hamburguesas, crutones o galletas oreo gigantes que prometen en los menús. Lo que sí tienen es una oferta bastante surtida y rica de comida internacional bastante bien tirada. Encontraréis el típico buffet de ensaladas, quesos y embutidos, donde destacaron para mí salchichas fuet como las de España. En platos calientes tenéis pretzels gigantes que se cortan en porciones, trozos de pizza, mini hamburguesas parecidas a las del Downtown o guisos y carnes al corte. Lo intenté varias veces durante mi paso por los buffets, pero nunca me terminó de gustar ninguna de las opciones de carnes al corte que proponían. Muy secas para mí. El sector de los postres fue mi favorito, con grandes guiños al universo Marvel y con elaboraciones muy cuidadas y bonitas. Lo único que para mí no valió un PYMiento es la mayonesa azul que sirven dentro de una probeta de laboratorio gigante. Me convencí que no era más que mayonesa normal con colorante azul pero en boca la encontré excesivamente fuerte y con sabor a químico.
Debo confesar que acabé el viaje algo enemistado con los buffets. No por Disney, sino por lo que supone para mí el concepto buffet en general. La calidad de la comida suele ser, como es comprensible, inferior y más industrial que en los restaurantes a mesa. Aunque nunca lo había relacionado, los buffets me suelen sentar algo regular al estómago y estar varios días seguidos comiendo así me produjo algo de hartazgo. Si me lo hubieran dicho de niño no lo hubiera creído, pero cada vez soy más fan de una comida de mantel aunque sea en cantidades más pequeñas, pero con más tranquilidad y buenas presentaciones. Aún así, no os guiéis por estas líneas, me encantaron este y el resto de buffets del viaje y son una muy buena opción para comer. Encontraréis muy buenas opciones, sobretodo en cuanto a la variedad de postres. En este buffet en especial destaca para bien la decoración. Al estar recién reformado se nota que hay buena meno metida en este aspecto. Me llamó especialmente la atención un efecto mediante pantallas que simulaba que la comida del buffet volaba sobre una especie de cintas transportadoras. A modo de pequeña anécdota en este restaurante, la cast member que se encargaba de la fila de las reservas nos confundió como los hijos de la familia de españoles que llevábamos delante y que la habían liado con la hora de su mesa en la app. No entendíamos bien por qué había pasado de nuestra cara y se había ido a atender a los que llevábamos detrás pero le avisamos y se disculpó por la confusión.
QUEMANDO LOS POSTRES EN WEB SLINGERS
Después nos fuimos, por motivos obvios de cercanía, a WEB Slingers, la "recién estrenada" dark ride de Spiderman. No iba con un hype excesivamente alto porque tenía entendido que era una atracción un poco de relleno y puesta por el ayuntamiento para hacer bulto en el área, pero acabó encantándome. De hecho, aunque no lo he hecho ni lo voy a hacer, ahora mismo diría que si me sentara a hacer un ranking de las atracciones del viaje, podría estar perfectamente en el top 5. La atracción sustituye al antiguo Armaggedon: Les Effectes Especiaux, y consiste en una aventura para capturar a arañas mutantes que se están reproduciendo de forma incontrolada por un experimento fallido. Nos convertimos en Spiderman gracias a la tecnología de los vehículos y podemos lanzar (de forma virtual. obviamente) tela de araña simplemente con el gesto de nuestras manos, sin intervención de ninguna pistola ni otro dispositivo. Me quedé flipando y maravillado con el funcionamiento de este efecto y de lo bien calibrado que está. Los vehículos se pararán frente a distintas pantallas del recorrido y deberéis apuntar bien hacia vuestro objetivo. Además tiene efecto 3D mediante unas gafas que al finalizar devolveréis.
Creo que lo que me gustó de esta atracción es que es muy muy completa y trabajada en muchos sentidos. Aunque la primera parte de las colas parece el salón de un Foster Hollywood o un Goiko´s Grill pronto todo comienza a mejorar con las colas interiores y un pre show bastante divertido e ilustrativo. Partiendo de la premisa de entrar a la jornada de puertas abiertas del centro Wordlwide Engineering Brigade nos introducen la misión de capturar las Spider Bots para que la situación no se salga de control. Con reminiscencias al plot de mi añorado Institute Oceanique llegamos a la estación, donde encontraréis a los Cast Members adorablemente peor vestidos de todo el resort. No es algo negativo, sino un guiño de Disney hacia el dudoso gusto estético de muchos científicos e inventores. Tras coger vuestras gafas embarcaréis en vuestro WEB Slinger y partiréis hacia una combinación de pantallas y sets físicos. Pensaba encontrarme una sucesión de pantallas mal hiladas como en Toy Story Mania y encontré mucho más set físico y mejor integrado del que pensaba (la transiciones entre pantalla y set físico son además muy sutiles y bien hechas).
La atracción a efectos temáticos y perceptivos no es mucho más que un The Adventures Of Spider-Man de IOA del Temu, aún así es mucho menos plana de lo que cabría esperar. Intuyendo que sería una simple ride trackless shooting, ofreció una dosis de movimiento y balanceo más alta de lo que hubiera cabido esperar. La inmersión es bastante notable por el campo de visión controlado que ofrecen las barreras visuales de la góndola. Esto hace que sea infinitamente más inmersiva por ejemplo de Ratatouille. Además la historia va in crescendo, con unas primeras escenas más discretas para calentar y otras de dificultad más avanzada mucho más caóticas hacia el final. Al salir podréis ver el ranking de puntuaciones del día y del mes. Puntazo. He de decir que es una atracción 2x1, ya que además de pasarlo bien entrenaréis brazos y cogeréis calor si es un día frío. No os hacéis una idea de la de caloría que se queman capturando arañas con los brazos. Es de justicia señalar que en esta ocasión sí me ganó Thiago, aunque por un estrecho margen.
Después vimos que el tiempo de la single en Crush´s Coaster había descendido hasta los 45 minutos. Creíamos que era una buena oferta así que para allá que nos fuimos. Las colas de esta atracción puede que sean perfectamente las más desesperantes de todo el resort. Antiguamente y debido a su capacidad relativamente baja esta atracción era la única E Ticket del parque que carecía del servicio gratuito Fast Pass. Cuando se acabó el cachondeo y tocó pagar con una mano alante y otra atrás por el Premier Access, Disney introdujo el acceso para hacer caja. Si ya antes la cola iba muy lenta, con el carril de visitantes premier todo se siente más congestionado y avanza a un ritmo raquítico. Además, las colas son posiblemente las más feas del parque, al aire libre y con una pared de uralita como máximo referente temático.
La atracción es posiblemente la que más colas acumula de forma continuada en todo el resort, en parte por su baja capacidad en parte por el éxito que tiene. Es una spinning coaster de Maurer que se desarrolla con una pequeña porción previa de dark ride y luego con el corpus del layout bajo techo. Muy mítica es la primera porción de la ride al aire libre y a la vista de los visitantes. Esa falsa apariencia de kiddie en sus primeros metros de layout ha provocado cientos de llantos y de niños traumatizados con la verdadera naturaleza intensa de la ride durante sus 18 años de historia. Y es que la inocente apariencia inofensiva de Crush´s Coaster dista mucho de lo que debéis esperar. Sin ser una atracción excesivamente intensa, caeréis de espaldas desde alturas considerables, encararéis peraltes nada desdeñables y bruscos cambios de dirección. Todo además mientras giráis y a baja iluminación. Puede sonar temeroso, pero para los que pueden tolerarlo es una experiencia realmente divertida y memorable, que oscila entre la fina línea de lo familiar y lo verdaderamente adrenalínico.
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La de familias que han sido engañadas por estos metros de inocente layout... (Fuente: Wander Disney) |
Si un punto fuerte tiene Crush´s Coaster es precisamente su layout, porque el resto del conjunto hace aguas por los cuatro costados. La ride adolece del síndrome Uncharted. Una muy buena montaña rodeada de un envoltorio bastantes peldaños por debajo. Los pocos esfuerzos de darle un verdadero sentido temático a la ride se concentran en la estación y en la pequeña sección dark ride. Una porción compuesta de sets bastante estáticos y con acabados lejos de conseguir el efecto submarino e inmersivo que sin duda persigue. Techos negros y mal transicionados, murales rematados con pintura de pajarita, cero movimiento... por momentos parece estamos atravesando una infame dark ride vintage de Europa Park en lugar de una del sello Disney. Tras atravesar la cara más amable de los mares que habita Nemo las cosas pegan un giro oscuro y entramos en la guarida del malvado tiburón de la película. En una ingeniosa vuelta de tuerca encaramos un inclinado lift camuflado dentro de una embarcación abandonada. En lo alto del mismo acaba cualquier esfuerzo temático. Lo que resta de recorrido es una coaster, divertida eso sí, encerrada dentro de un show building con música ambiente y alguna indetectable proyección entre túneles y paneles con una función que a día de hoy sigo tratando de identificar. Una ride muy muy divertida, pero en la que el presupuesto se acabó demasiado rápido.
DIRECTOS A LA QUINTA DIMENSIÓN (Y A LA CAMA DEL HOTEL)
Poco después de entrar a la cola de Crush´s Coaster me empecé a encontrar algo pálido. Tenía malestar corporal, cansancio y me dolía un poco la cabeza o la tripa. Realmente sabía que no era nada grave, pero estaba desorientado y cansado y si quería que no fuera a más debía parar un poco y descansar. Aguanté la cola e incluso disfruté, y bastante, la ride, pero después necesitaba un tiempo muerto y retirarme un rato de descansar. Me separé de Thiago y me fui a echarme una reconfortante pseudosiesta de poco más de una hora a la habitación del hotel. Me revitalizó por completo y volví con las fuerzas recargadas para lo que quedaba de día y esta vez sí, poder disfrutarlo. Seguimos por la que era una de mis máximas bucket list del viaje: la Tower Of Terror. La cola se salía de sus límites interiores y el letrero marcaba 70 minutazos, pero de perdidos al río nos metimos. Era lo que había, si queríamos hacerla había que esperar.
Comenzamos a serpentear los jardines exteriores y las porchadas del Hollywood Tower Hotel, a la espera de que nos asignaran habitación. Antes de que nos hubiéramos dado cuenta ya estábamos dentro del polvoriento lobby, listos para acceder al pre show. La calidad del landscaping y de la construcción del relato durante las colas es magistral, como todo lo que envuelve a la atracción y a su lore desde principio a fin. Aunque se considera la versión más descafeinada e insulsa de todas las Tower Of Terror repartidas por el mundo, logró conquistarme de principio a fin y posicionarse como mi favorita absoluta de todo el viaje. Es la más pura prueba de que no se necesitan grandes IPs para crear experiencias memorables y que las ideas y la creatividad de las mentes gordísimas de los imagineers puedes crear grandes productos como este. Es un pack redondo lleno de detalles y con un sentido completo. La atracción es una historia original creada bajo el paraguas de la docuserie de terror de la CBS "The Twilight Zone" o "La Quinta Dimensión". Se trata de una serie muy muy antigua tomada como referencia en favor del relato temático que se quiere transmitir: entrar en un ascensor que se dirige a la cuarta dimensión.
Nos convertimos en protagonistas de un capítulo de The Twilight Zone y exploramos un polvoriento y decadente hotel que a finales de los años 30 fue el epicentro de la alta sociedad de Hollywood. Una noche de tormenta, un rayo golpeó al ascensor del edificio y mandó a la familia que se encontraba en él a la quinta dimensión. La tematización y el mimo al detalle son increíbles en cada momento. La estética neocaliforniana de la fachada, puertas, ventanas, uniformes, tapices y utilería se mezcla con el polvo y el encanto siniestro de la decadencia de un hotel ruinoso. Tras un mítico y oscuro pre show que introduce la historia subimos al cuarto de calderas que sirve de zona de pre carga para la atracción en sí. Mientras esperamos nuestro turno para subir en uno de los 6 ascensores de servicio veremos maquinaria en funcionamiento o incluso efectos de agua de verdad cayendo de las calderas.
Las puertas se abren y nuestro Cast Member, cuyo acting suele ir a favor de la atmósfera de tensión especial que demanda esta atracción, os acomodará en las tres filas que conforman el ascensor que os mandará a la 5ª dimensión. Las puertas se cierran y retrocederéis mientras véis como el mundo real se aleja. Lo que aquí viene es una sucesión impredecible de movimientos acelerados controlados a través de los pisos del hotel. No es tan intenso como podría llegar a parecer, ya que la iluminación está estratégicamente pensada para que parezca que atravesamos más pisos de los que realmente hacemos. Aún así, hay gente que lo pasa muy mal como una chica de nuestro ciclo que le dio un ataque de pánico. Las mochilas las deberéis agarrar entre vuestras piernas, por lo que podéis sufrir un poco viendo como va volando entre cada momento de ingravidez. Como curiosidad, la logística de esta atracción viene dada de la mano de OTIS, fabricante de ascensores convencionales que aceptaron el encargo de manufacturar el sistema para esta atracción. Quien me hubiera dicho a mí, con el miedo que tenía de pequeño a subir en ascensores, que precisamente me montaría a uno programado a propósito para funcionar mal y llevarme a la quinta dimensión.
Antiguamente la atracción tenía una versión diferente, en la que se subía lentamente pasando por diferentes escenas construyendo el momentum hasta la secuencia final de infarto con las caídas y subidas. Ahora no es así, desde el minuto cero subiréis y bajaréis bajo la atenta mirada de Sally Shine. Como parte positiva, tendréis un ciclo más intenso y con más subidas y bajadas. Como contrapunto, se quema el cartucho del efecto principal de la ride (las subidas y bajadas) muy rápido, y tras los primeros segundos no hay mucho más con lo que sorprenderos. Además, la versión original era más enigmática y el relato se contaba de una forma más efectiva creando una atmósfera de tensión que iba in crescendo y no de forma tan atropellada. No he probado ambas así que no puedo quedarme con ninguna, pero sea como sea sigue siendo una gran atracción.
De verdad, yo puedo entender que existe variedad de opiniones muy respetables y que muchas veces los fans nostálgicos somos unos delulus que piden cosas sin sentido. Pero si creéis que esta atracción debe retematizarse en Guardianes De La Galaxia como su homóloga californiana permitidme que os pida que dejéis de leer mi blog y que me borréis de la lista de contactos. Antes de entrar en la irracional emocionalidad o a defenderos con uñas y dientes la temática actual, pensemos en lo puramente funcional. ¿De verdad un parque con tantos retos logísticos que asumir como es Walt Disney Studios debe invertir tiempo y recursos en cargarse uno de sus productos más exitosos para transformarlo en uno nuevo?¿De verdad un parque sin apenas oferta y que está empezando a buscar su identidad debe gastar dinero en transformar una de sus atracciones con mayor aceptación y críticas en lugar de destinar recursos a áreas mucho más necesitadas que atender? No solo lo digo a nivel de parque, sino a nivel de resort. Pedid una nueva E Ticket en condiciones a Disneyland París, pedid de vuelta De La Terre A La Lune en Space Mountain, pero dejad en paz lo que funciona. Entrando a valorar el universo temático que se construye en la actual Tower Of Terror, cada vez quedan menos atracciones en la compañía Disney que pueden presumir de la calidad del storytelling creativo, sin apoyarse en grandes IPs, de esta ride. Una atracción con mucha personalidad, todo un icono y con una entidad propia. Inconfundible y con una liturgia característica, que crea una barrera sobrenatural entre sus límites y el resto de arquitectura del trazado del parque que le rodea. No veo la necesidad de cargarnos esto por una atracción que a nivel sensaciones es prácticamente la misma con una historia con mucha menos personalidad.
Bajo la luz de las estrellas y tras no poder resistirme a hacerme con algo de merchan de la ToT salimos dispuestos a rematar el día en el parque. A menos de dos horas del cierre todo se empezaba a ver de otra manera. Los viales no estaban abarrotados y los tiempos de espera habían descendido considerablemente. Fuimos hacia Toy Story Playland (ahora unificado con Toon Studios y Ratatouille bajo el nombre de Worlds Of Pixar) con los ojos puestos en RC Racer. Montar en esta halfpipe coaster de Intamin era una deuda pendiente respecto a mi primera visita al parque. Por aquel entonces ni me planteé riddearla, intimidado por su estructura imponente. Ahora me apetecía ver las sensaciones que me produciría este modelo, descendiente de las típicas "uves" que podemos encontrar en ferias españolas, pero destilado y modernizado.
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Fuente: DLP Info |
Reducidos al tamaño de un pequeño juguete seremos pasajeros de un coche de carreras a punto de ser lanzado por una pista de scalextric con forma de U. A modo de curiosidad, es junto con Toy Soldiers Parachute Drop la única atracción del resort en la que podéis dejar pertenencias en casilleros de la estación. La carga y descarga es algo engorrosa, en parte por la naturaleza de la atracción y porque tener que cruzar al lado opuesto del tren para dejar las cosas en los lockers ralentiza el proceso. Los arneses son muy parecidos a los de Furius Baco, bastante rígidos y con una ergonomía similar. Antes de embarcar un cast member os hace una especie de pre show cual azafata de Vueling explicando el mecanismo para abrochar y desabrochar el arnés.
¿Lo que me pareció la atracción? Alegre pero no mucho. Tiene un par de momentos guays y de noche mola riddearla, pero mas allá de eso es bastante sosilla. En términos de theming o storytelling tampoco aporta nada especialmente reseñable, así que es un poco pan sin sal. También es cierto que me tocó en la fila central que es de lejos la más insulsa de todo el vehículo. La fila trasera apunta a ofrecer algún momento de airtime y de hanging más intenso, dejando a sus pasajeros colgando de frente en el punto de mayor culminación del track. Aunque me hubiera gustado probar otras posiciones del tren tuvimos otras prioridades en el resto del viaje y no volvimos a repetir aquí.
DE TOUR NOCTURNO POR CHUNGUIFLATS
Ya que estábamos nos pusimos a hacer chunguiflats, comenzando por Slinky Dog la mala . En vez de encontrarnos con la elaborada launch coaster de Disney´s Hollywood Studios estamos ante una flat giratoria con un mecanismo similar a Yucatán de PortAventura o el típico gusano loco de la feria. En la versión parisina el ciclo es tan corto y las rrpm tan escasas que apenas llegamos a notar ningún tipo de sensación interesante. Si en algún momento llegara ocurrir, es demasiado tarde, ya que el ciclo estaría llegando a su fin. Como flat familiar para rellenar y para absorber gente, ni tan mal. Nos llamó la atención que solo para esta ride hubieran hasta un total de 4 asistentes de operaciones, en su mayoría apostados contra la pared de la cabina de controles por el poco trabajo al que tocaba cada uno. Esto es por lo general una tónica general en todo el resort. Pueden haber quejas, pero desde luego la escasez de personal no debería ser una de ellas.
Nuestro tour de chunguiflats tuvo un pequeño hiato para hacer Ratatouille por la cola single rider. Como bien dice el gran Pablo de Parque Temático, es de lejos la atracción del resort donde más renta utilizar este servicio. La celeridad de la carga de pasajeros y sobretodo la disposición de los vehículos hacen que esta cola corra mucho más rápido de lo normal. La cola regular marcaba 30 minutos y gracias a la single pudimos llegar y directamente, besar el santo. No os engañéis, muchas veces la app marca más tiempo del que realmente se hace, es una atracción que sale muy barata de riddear sin compañía. Aún con esas, Thiago y yo acabamos montando juntos en el mismo vagón.
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Fuente: DLP Info |
Conservaba un recuerdo relativamente bueno de esta dark ride pseudo 4D, mucho mejor que la sensación que eventualmente me acabó dejando. Derivada del éxito de la película homóloga, esta ride aterrizaba en los Studios en el 2014 acompañada de una mini land con restaurante y tienda. La premisa es convertirnos en pequeños ratones para vivir una aventura entre fogones apta para toda la familia siguiendo los pasos del chef Remy. Una vez más, la tecnología empleada para la ride es una especie de The Adventures Of Spider-Man de IOA hecha por Temu. La fachada, colas y estación, en las que paulatinamente vamos consumando nuestra reducción de tamaño hasta la talla de un roedor, son la antesala perfecta para una atracción en la que el presupuesto se acabó demasiado pronto. La magistral zona de carga simula una azotea parisina vista a escala de los ojos de un ratón. Nuestro vehículo se desliza suavemente danzando entre edificios y la noche estrellada de la ciudad de la luz para encarar la primera escena central de la aventura.
La cosa aquí se tuerce notablemente. Todo el peso del storytelling recae en una gran pantalla ovalada vagamente disimulada y con abruptas transiciones entre el suelo, las paredes y el techo negro. Los imperceptibles movimientos del vehículo y la poca efectividad de los efectos de olor no ayudan a que la inmersión sea poco mejor que mediocre. Seguimos avanzando por las cocinas del Gusteau´s. Reptamos bajo las baldas con comida y recorremos los bajos de los fogones, sintiendo vagamente del calor de las lumbres al ser encendidas. Aunque en esta porción ya se evidencian más esfuerzos por integrar sets físicos con las dichosas pantallas, el conjunto sigue sin ser del todo convincente. El mayor fallo es sin duda lo mal integrado que está el suelo negro de la ride con los escenarios completamente opuestos que muestran las pantallas. En conjunto, una dark ride adorable con una idea muy buena, pero lejos de estar bien ejecutado. Hace poco Epcot adaptó esta ride para su Pabellón de Francia del World Showcase. No se esforzaron en mejorarla ni un ápice, presentando los mismos problemas que su hermana francesa. Aún así, es todo un éxito y acumula grandes colas. Muy interesante, eso sí, el empaque de la ride en la preciosa miniland y la fantasiosa posibilidad de comer en el Bistroz de Chez Remy tras descender de la aventura. El hecho de que la atracción sea un homenaje a la posiblemente película Disney más emblemática de la cultura nacional del resort le hace ganar enteros.
Reanudamos la ruta de chunguiflats con Cars Quatre Roues Rallye, un demolition derby bastante patatero de Zamperla. La atracción se incorporó al lineup de los Studios en 2007 aportando menos que el paso de Joan Garrido por la academia de OT 2018. El funcionamiento de estos modelos de atracciones es bastante curioso. Se trata de una serie de plataformas circulares tangentes entre sí capaces de transferir vehículos a través de un movimiento de poleas bajo la superficie. Aunque cuesta diferenciar el efecto, se trata de una flat muy insulsa basada en movimientos constantes con forma de 8. Hay cuatro plataformas que conforman un total de dos recorridos independientes. Armaros de paciencia para subiros a las góndolas de la ride, son más claustrofóbicos y estrechos que los de cualquier kiddie. Avisados estáis.
Lo que sí es muy curioso de esta ride es su relativamente extenso despliegue de medios para la zona de colas. Para la mierdecilla que es la atracción en sí tiene una zona de espera más extensa y tematizada que muchas otras majors del resort. Habría que vestir a la mona de seda para que pareciera una novedad decente, supongo.
No se puede decir lo mismo de las colas de la siguiente atracción de la noche: Flying Carpets Over Agrabah. Esta flat ride considerada la hermana fea de Dumbo The Flying Elephant o Dumbo adolece precisamente del único interés que tiene este tipo de atracciones: sus vistas. Encajonada en un rincón tirado de la mano de dios de los Studios, la ride trata de hacer vivir al visitante la experiencia de rodar una escena de cine sobre alfombras voladoras para el próximo filme de Aladdin. Sí, sospecháis bien, es una atracción inaugural del parque, cuando aún habían esfuerzos por integrar su temática original (por rocambolesca que pareciese) en todas sus atracciones y experiencias. Este fue un tierno intento de meter con calzador la misma flat ride de Aladdin que podemos encontrar en Magic Kingdom.
Volviendo al hilo de las colas de Flying Carpets Over Agrabah. La zona de espera de esta atracción ha sido objeto de mofas y memes por parte de los fans durante muchos años en redes sociales. Los visitantes pasan por un backstage de paneles blancos con atrezzo random esparcido a diestro y siniestro. Disney asegura que es parte de la experiencia de la ride, escudándose en la temática filmesca de ésta. En castellano: mucha jeta. Sea como sea, ya han sido bautizadas en repetidas ocasiones como las colas más feas creadas nunca por Disney.
Como contrapuntos positivos, es bonita de riddear de noche ya que tienes menos visibilidad de las raquíticas vistas que ofrece porque tiene una iluminación muy bonita y unas lámparas orientales que crean un efecto muy chulo. Como dato curioso cada fila de la góndola ofrece un efecto de movimiento distinto. La fila de delante controla el movimiento de ascenso y descenso. Los pasajeros de detrás controlan la oscilación de la alfombra. Obviamente nos pusimos cada uno en cada fila para lograr el efecto completo.
Thiago estaba atacado de los nervios porque quedaban minutos para el cierre de colas de las rides a las 21h y queríamos meternos a repetir Crush´s Coaster. Al final entramos a las 20:58 a la zona de colas. Dos minutos después no dábamos crédito, de repente la ride de las eternas y congestionadas esperas se había convertido en una balsa de aceite. La ausencia de la cola Premier y la prisa de los CM de irse para casa logró vaciar el circuito de colas en unos asombrosos 15 minutos. Como diría Noemí Argüelles: "¿Cómo puede ser?" .
Nos fuimos de vuelta al hotel atravesando el Village, al que más tarde volveríamos para cenar en el Steakhouse. Al llegar a la habitación, tocar la cama y quitarme los zapatos lo tuve bien claro. De allí ya no me movía nadie. Seguía delicado de la barriga y no quería meterme una hamburguesa Angus en el estómago; además estaba muy muy cansado del madrugón y mi cuerpo pedía cama tras el largo día de no parar. Como último aliciente, el Benidorm Fest comenzaba en menos de una hora y la tele de la habitación tenía TVE Internacional, así que no había mucho más que hablar.
Creemos que las teles del Sequoia tienen un sistema que a partir de las 12 de la noche se bloquean y no dejan subir más de un pequeño porcentaje del volumen como medida para no interrumpir el descanso de otros huéspedes. Una pena, nos hubiera encantado que los fans internacionales de Melody pudieran haber presenciado el guiño al baile del helicóptero que la hizo famosa en el mundo entero. Perdimos una oportunidad de oro. Al oír los primeros acordes de Esa Diva los coreanos de la habitación de al lado nos hubieran traqueado la puerta y hubieran preguntado: "¿Es esa la del baile del helicópero que se ha hecho viral en las redes?". Y nosotros le habríamos respondido: "De momento no tiene un helicópero privado, así que sí, es la misma".
A esas horas de la noche Thiago y yo éramos la madre que madruga y la artista sin cartel, sin dinero y sin fortuna (teníamos el despertador puesto a las 7 de la mañana y estábamos casi sin un centavo en la cuenta corriente después de habérnoslo gastado en merchandasing), así que nos fuimos a la cama esperando un último día de aventuras en el lugar más mágico del universo. ¡Gracias por explorar juntos y hasta la próxima aventura!
