Probablemente conozcas Terra Mítica, el siempre polémico parque temático alicantino ambientado en las antiguas culturas del Mediterráneo. Sin embargo, es muy probable que no hayas oído hablar de una de sus atracciones más efímeras y misteriosas: Las Sorpresas de los Dioses. Un experimento que combinaba teatro en vivo, dark ride y cine 3D, y que desapareció tan rápido como llegó. Poca información queda en la red sobre el legado de la que es sin duda la atracción más desconocida que guarda la siempre inquietante historia del parque. Hoy buceamos en su historia recomponiendo valiosos cachitos de sus apenas dos años de vida.
Un parque con pretensiones faraónicas que nunca despegó
Ubicado en Benidorm y nacido a la sombra del éxito de PortAventura (abierto en 1995), Terra Mítica abrió sus puertas en el año 2000. El proyecto, impulsado por el entonces alcalde Eduardo Zaplana, pretendía situar a la Comunidad Valenciana como epicentro del ocio temático nacional y europeo. Pero las cosas no salieron como se esperaban.
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Imagen: El País |
Aunque se planificó con un presupuesto inicial de 270 millones de euros, la cifra final superó los 450 millones. Un gasto desorbitado que se reflejó en una escenografía fastuosa, con edificios aparentemente auténticos y artesanos traídos de todo el mundo para su colosal construcción. El resultado fue espectacular a la vista, pero insostenible en la práctica. Además, hubieron otros factores que todos conocemos que ensombrecieron en parque y sus aparentes pretensiones culturales y didácticas y que a día de hoy le siguen pesando en términos de imagen. Ya cada cual en su casa que extraiga sus conclusiones.
Más allá de estos sobrecostes iniciales que eran objetivamente incompatibles con el volumen de visitantes que el parque podría atraer en su ubicación, hay una serie de fallos estructurales de diseño que hicieron que el concepto no terminara de cuajar..
- Ubicación y condiciones climáticas: Un parque enorme, en medio de un secarral, con escasa sombra y grandes distancias a pie. En pleno verano alicantino, la experiencia podía ser insoportable.
- Oferta limitada de atracciones: A pesar del gigantesco presupuesto, las atracciones eran escasas y poco impactantes. Montañas rusas modestas, rides acuáticos estándar que se podrían encontrar en cualquier otro parque español, y una wooden coaster de fabricación dudosa que pronto adquirió fama de "rompeespaldas" y que a día de hoy sigue siendo un quebradero de cabeza tanto para el parque como para los fans.
- Enfoque didáctico excesivo: Se priorizó la coherencia temática y el componente educativo sobre la diversión inmediata, algo que el público general no siempre valoró. El visitante medio priorizó la experiencia igualmente temática que ofrecía PortAventura pero desde un punto de vista más atractivo con atracciones mecánicas y montañas rusas más competitivas desde un punto de vista generalista. En Terra Mítica las atracciones pasaban a un segundo plano en detrimento de danzas, vestuarios, construcciones, gastronomía y artesanía. PortAventura conseguía por el contrario hacer un equilibrio atractivo para todo tipo de públicos.
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Imagen: El País |
El gran diferenciador que Terra Mítica intentó ofrecer fueron sus cuatro dark rides. El denomiandor común o casi con el que catalogarlas es el de "mucho ruido y pocas nueces". Conceptos excesivamente teatrales, vistosos sobre el papel pero soporíferos en la vida real y que además se chuparon una gran parte del presupuesto de las atracciones del parque. Muchas de ellas dieron problemas de funcionamiento pocos meses después de su apertura y sus tecnologías estaban ya obsoletas desde el primer día de operaciones. Estas cuatro dark rides eran:
- El Laberinto del Minotauro, un shooting interactivo que aún hoy sigue operativa. Se considera el único brote verde de esta colección de la infamia que tiene el parque. A día de hoy muchos la consideran de las mejores dark rides de Europa. Pudimos hablar de ella aquí.
- El Rescate de Ulises, paseo en barca de corte mitológico con propuestas innovadoras como bifurcaciones, un drop secreto, actores en el recorrido y proyecciones. De este gran fracaso tuvimos oportunidad de hablar aquí.
- El Misterio de Keops, un ascensor vertical ambientado en el Egipto antiguo que duró apenas una temporada más que la ride que hoy analizamos. Ya hablamos de esta atracción aquí.
- Las Sorpresas de los Dioses, de la que apenas queda rastro documental y que hoy abordaremos en profundidad.
Dentro de esta alineación digna del equipo del Maestro Joao en Supervivientes 2018 también se encuentra el intrascendente Teatro De Olimpia, actualmente denominado Templo De Kinetos. Se trata de un simulador virtual muy cascado y viciado por el que han pasado multitud de películas. En la actualidad hay un catálogo rotativo de piezas de simulador de feria. Está para desmantelar y hacer algo completamente nuevo en el interior.
Las Sorpresas de los Dioses: ¿Qué era exactamente?
Inaugurada junto al parque en el año 2000, esta atracción se ubicaba en El Teatro de Pandora, dentro de la zona de Las Islas. Estaba situada entre el carrusel Mithos y la actual Cólera de Aquiles (antiguamente restaurante Corfú). La atracción cerró discretamente entre 2001 y 2002, convirtiéndose en la más fugaz de todo el parque. Más que una atracción convencional, se trataba de una experiencia teatral para 300 personas por pase, que combinaba: efectos tridimensionales y de sonido, película en 3D, actores en vivo y animatronics.
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Sala del pre show (Imagen: Pablo de La Mar De Parques) |
En nuestro The Enchanted Tiki Room patrio, la historia se vertebraba en torno a una comedia mitológica con tintes de epopeya épica: las criaturas de la caja de Pandora se habían escapado y los dioses necesitaban a un mortal para restaurar el orden. Tras un pre show consistentes en una pequeña proyección dentro de una sala de techo estrellado los visitantes eran conducidos al teatro principal, con capacidad de 300 personas. La estancia la dominaba una gran pantalla central. A los lados había un panel con dos animatronics y un artilugio cilíndrico parecido al clonador de Tu Cara Me Suena. También había un potente sistema de iluminación y sonido.
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Imagen: Eventos Iberia Village |
Un animatronic “seleccionaba” al azar a un espectador del público —casualmente siempre el mismo espectador, llamado Héctor— para salvar el mundo. Como os figuraréis era un actor. El método de selección era de lo poco ingenioso de la atracción. Un juego de luces bailaba sobre las cabezas del público hasta detenerse en el susodicho. La gente se escondía para no salir en una divertida reacción.
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Así lucían los animatronics (Imagen: Achus!) |
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Popurrí de artworks de elementos y personajes de la experiencia (Imagen: Cristian Montes Lynch) |
Este elegido entraba en un cilindro que simulaba un transportador temporal y era "absorbido" por la película 3D. Lo que seguía era una larga proyección con gráficos ya anticuados incluso para el año 2000, donde el protagonista vencía monstruos mitológicos. Al final, el actor reaparecía en escena con un número musical final... acompañado incluso por el animatronic y que ciertamente daba bastante cringe.
Una recepción fatídica con un final inevitable
La atracción recibió críticas demoledoras desde el principio. Los foros de aficionados la mencionan como la atracción con menor índice de satisfacción del parque. Muchos visitantes simplemente no querían entrar, y los empleados debían recorrer la plaza de Las Islas para reclutar público antes de cada pase. La gente entraba una vez por curiosidad para ver en qué consistía el invento pero no repetían. Era bastante lento, poco verosímil y soporífero. Al menos era un buen lugar para ir después de comer para hacer la digestión. Las altas temperaturas de los viales del parque hacían aconsejable refugiarse en el teatro y sus generosos chorros de aire refrigerado.
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Imagen: Club Terra Mítica (año 2001) |
Tras cerrar Las Sorpresas de los Dioses, el teatro acogió diversos espectáculos como Fantasía o el actual El Circo de las Mariposas. Incluso se llegó a plantear el salón recreativo Nindentópolis en la sala del pre show. En la actualidad, el espacio forma parte del catálogo de recintos de Iberia Village y puede alquilarse para eventos privados. Eso sí, desde el cierre de la atracción original no queda rastro de los animatronics así como de otros componentes originales.
Pese a su corta vida, Las Sorpresas de los Dioses se ha ganado un pequeño hueco en el imaginario nostálgico de quienes siguen la historia de los parques temáticos españoles. Un proyecto ambicioso, bizarro y fallido, reflejo perfecto de los excesos y contradicciones que marcaron los inicios de Terra Mítica.
¿Conociste esta atracción en su día? ¿Crees que merecía una segunda oportunidad o fue justo que desapareciera tan pronto? Puedes compartir tus recuerdos en los comentarios. Gracias por explorar juntos y nos vemos en la próxima aventura.